Francisco estaba demorado, bah demorado era ser bueno. Hacía
dos horas que lo esperábamos en la casa de Ignacio para el asado y el truco
posterior, y cuando llegó, lo hizo acelerado, preocupado, atropellando las
piernas largas de alguien que mide 1,90, casi cómo si hubiera visto un
fantasma.
“Lo logré chicos, tras años de intentarlo, lo logré”,
explicó Francisco, sin que ninguno de nosotros pudiera entender de qué se
trataba.
“¿Qué lograste? ¿Por fin la pusiste?”, saltó Javier, con el
humor sutil que lo caracterizaba.
“No, boludo, mañana expongo por fin mi teoría sobre Dios,
sobre quién es realmente, me llamaron de la Universidad más temprano, por eso
mi demora”, dijo Francisco, sumiéndonos en un papel de más confusión.
“¿Pará, estás hablando de esa idea que tenías cuando íbamos
al secundario?, ¿de que Dios es mujer, y que después era una persona de color y
que luego resultaba ser un indígena?”, recordó Marcelo, quien no hablaba nunca,
pero que poseía una memoria de elefante, comparado a nosotros que teníamos un
cerebro de hormiga.
“No, eso ya pasó, aparte estamos en una época en que está
mal visto etiquetar a alguien bajo una raza, imagínate si lo hago con Dios, va
a venir el Papa cuervo a darme hostiazos. No, yo hablo de quién es Dios, más
allá de su físico, de qué está hecho, qué lo mueve a hacer ciertas cosas”,
señaló Francisco con aire triunfante y agregó, “por eso, tampoco mencionaré ni
me he abocado a investigar si Dios es realmente argentino o no, aunque tengo
otras ideas”.
“¿Bueno y de qué se trata entonces tu teoría?”, atiné a
preguntar, en lo que fueron las únicas palabras que pude decir en toda la
noche.
“Es simple. Dios ha existido siempre”, comenzó Francisco, “y
sus gustos, por más que sea Dios, son bastante humanos. Recuerden los dioses
griegos, ¿acaso no bajaban a tener sexo con mortales y con ovejas? Bueno, es un
ejemplo de que son dioses, pero no boludos aunque sí medio enfermos algunos”,
explicó, esbozando una sonrisa.
“Yo a través de mi investigación, voy a demostrar que los
dinosaurios eran mascotas de Dios, que el famoso meteorito es una mentira, que
se murieron todos por dejadez de él y algo más importante, demostraré cómo Dios
hace para elegir quien se debe morir y quien no, y será algo revolucionario,
porque a partir de eso, podremos saber el verdadero plan de Dios”, manifestó
Francisco, bajando un poco la voz, como procurando de que no lo escucharan.
“Les cuento, Dios siempre ha tenido sus gustos, algunos
dirían caprichosos, otros celestiales. Por ejemplo, ¿ustedes se creen que la
arquitectura gótica surgió porque a todo un grupo de tipos se les ocurrió hacer
lo mismo?, ¿o la música clásica? No, fue porque a Dios le gustaba algo y mandaba
a que se hiciera lo que a él le gustaba. Así le salían algunas cosas mal
también, porque sino no se puede concebir ni el béisbol ni la cumbia, lo que
pasa es que el de abajo también juega en esto de los gustos y placeres”,
afirmó.
“Pero lo importante es lo que ha pasado en los últimos
tiempos. A Dios ya no le interesa beneficiar al mundo entero, sino que va por
partes. Por eso los ingleses tuvieron a Los Rolling y a Los Beatles al mismo tiempo,
hasta que Lennon dijo que eran más grandes que Jesús y el hijo del barbudo se
calentó y chau ingleses”.
“Ahí Dios también se cansó de las potencias mundiales y
miren ustedes, vino y se instaló en América del Sur, en Argentina más
precisamente, de ahí viene eso de que atiende en Buenos Aires. Apareció Charly,
Cerati, Spinetta, Pappo. Argentina no era desconocido para él, de hecho, sus
ángeles haciendo travesuras, habían dado a Borges, Cortázar, Mujica Lainez,
Arlt, Rodolfo Walsh, y por eso eligió Argentina, como su nuevo centro de operaciones.
¿Saben por qué se enojó? Por Maradona. Lo creó, lo hizo a su semejanza, pero el
Diego amenazó con repetir lo de Lennon y transformarse en algo parecido a Dios
y ahí el Barba se mandó a mudar y se fue al cielo, por eso Maradona después se
fue al carajo, porque ya no tenía la protección de Dios”, explicó, mientras lo
mirábamos, entre sorprendidos y preguntándonos qué había fumado antes de venir.
“Pero eso no fue todo. Se fue también porque también ya está
viejo. O sea, el chabón tiene ya como 200 millones de años, tampoco puede andar
viajando y como ya no puede darse los gustos de viajar y ver lo que le gusta,
¿saben lo que hace? Hace que los demás viajen y ahí está el problema, porque lo
último que conoció fue Argentina, o ¿ustedes no se dan cuenta?”, dijo, ya
entonado.
“Apenas se fue, murieron Miguel Abuelo, Luca Prodan y Federico
Moura, los tres venían de sus mejores momentos en el rock nacional. Hace menos tiempo
se llevó a Spinetta y a Pappo. En los 90 ya comienza a mirar escritores,
Cortázar había sido su primera vez una década antes. Se lo lleva a Soriano,
recuerden que Dios, con Maradona se hizo fana del fútbol. Se lo lleva a Soriano
para que escriba del tema allá arriba. Por si fuera poco, luego a Fontanarrosa,
¿y ahora que hace?, a través del Negro, que también dibujaba, le entra a
agarrar el gusto al tema y entonces mata
a Caloi y a García Ferré. Esto no es casual, es un plan criminal de índole
celestial y yo lo voy a denunciar mañana ante la Universidad. Van a ver el
quilombo que se va a armar, ni el Espíritu Santo se va a salvar”, prometió Francisco y a los diez minutos se despidió, aduciendo que debía preparar unas notas y dejándonos sin el sexto
jugador para el truco.
Durante dos días no volvimos a saber de Francisco, por lo
que fuimos con los muchachos a su casa. Allí, el amigo que vivía con él nos
dijo que no había aparecido desde que había ido a vernos y que a la Universidad
nunca había ido a dar su conferencia.
Confundidos, nos sentamos en un bar a tomar una cerveza en
una mesa, donde por esas casualidades del mundo, había un diario estilo
Crónica. Estaba abierto en una página donde decían que habían encontrado en una
pared la figura de un cuerpo, pero no el cuerpo. Que la silueta quemada sobre
el muro medía alrededor de 1,90 y que una vecina decía que hacía dos noches
había visto como dos personas vestidas con sobretodo, y con barba abundante,
atacaban a un hombre, lo arrinconaban contra la pared y luego desaparecían con
él, dejando la silueta, casi por arte de magia. La testigo había sido rechazada
por locura severa.
Pero en el último párrafo decía que se había encontrado un
maletín con fotos de Maradona, Spinetta, de
Super Hijitus, un libro de
Fontanarrosa, uno de Soriano y uno de Quino, con la leyenda “el siguiente” en
la tapa, aunque la policía descartaba que el contenido fuera del dueño de la extraña
silueta. Nos miramos extrañados, pero ninguno abrió la boca, hasta que Ignacio recordó el partido que teníamos el sábado siguiente contra los de su oficina.
De Francisco nunca más volvimos a saber nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario