martes, 11 de marzo de 2014

El fin del mundo



"En serio, el cielo se volvió blanco cuando íbamos  llegando a Los Andes". Mariano no se cansaba de contar lo que nos había pasado cuando regresábamos de Chile y la verdad es que era lo único emocionante del viaje luego de tres películas malas, un cancherito enfrente nuestro, una niña que lloraba cada cuarenta minutos y la gorda de la madre que me apoyaba el culo en el hombro cada vez que se paraba.

"Nos pegamos un cagazo bárbaro, para mí que se viene el fin del mundo y Jesús anda viendo donde aterriza para que todo esto se vaya a la mierda", siguió Mariano, que luego de llegar de Chile lo pudimos convencer de no hacerse cura cuando le hicimos notar que habría domingos en lo que no iba a poder ir a la cancha por estar dando misa.

"No, ese no es Jesús, esas eran las almas de Pedernera, de Cucciufo, y de otros futbolistas muertos que quieren estar presentes cuando demos el maracanazo en Brasil, lo que pasa es que van con tiempo para conseguir buenos lugares", sostuvo el Jere, que ante la sorpresa de todos hablaba con cara de estar diciendo esas boludeces muy seriamente.

"Piensen, Brasil es el país de Sudamérica con más católicos, el Papa estuvo ahí pidiendo que hagamos lío, es un lugar muy espiritual, ¿cómo se lo iban a perder?", agregó el boludo y de repente, con cara de más boludo, me encontré imaginando miles de almas argentinas surcando el cielo para ver a Messi levantar la copa del mundo.

"¿Che, por las dudas de que fueran estrellas fugaces no pidieron un deseo? Miren si tuvimos la oportunidad de ser campeones y de que el tomba no descienda y todo se va al carajo porque ustedes dos, pelotuditos, no se avivaron de pedir un par de deseos", tiró Seba.

"No te preocupes que los pedimos y por las dudas agregué otro donde exigimos que dejaras de ser tan comilón y pelotudo pero las estrellas, Jesús, las almas y los extraterrestres nos respondieron que hay milagros imposibles de lograr", le respondí, harto de que se crea más vivo que el resto.

"Están todos equivocados. ¿El fin del mundo? ¿almas? ¿estrellas fugaces? Déjense de joder. Eso lo han imaginado o eran aviones o simplemente un efecto de luces. Estamos en el 2014 y ustedes son tan supersticiosos como en la Edad Media, por favor", reclamó en un reto el Agus, que además de amargo y arruina teorías, también era el más inteligente.

Todos nos callamos y bajamos la cabeza, dentro mío me preguntaba qué era lo que yo creía y si Agus tenía razón o no o si incluso el pelotudo de Seba acertaba y por colgado de no pedir los deseos no ganábamos nada y lo miraba a Mariano en busca de una mirada que me dijera qué él sí los había pedido.

En eso, Agus volvió a abrir  la boca y me sacó de mis pensamientos. "¿Che, muchas minas en la playa?", preguntó y Marianito agarró el guante: "Sí y no sabés la que me levanté", empezó a contar...